Milagro en tres minutos

Manchester United campeón de la Champions League 98-99

Es 26 de mayo de 1999, estamos en el mítico Camp Nou de la ciudad de Barcelona (España) ante casi cien mil espectadores, está por disputarse la 44ª edición de la final de Champions League, la última del milenio. Los protagonistas son ingleses y alemanes, Manchester United y Bayern Münich se alistan para saltar al campo y luchar por levantar la orejona. Seguramente, todos quienes presenciaron ese partido, nunca se imaginaron lo que estaba a punto de suceder, iban a observar un verdadero milagro, o maldición, según como se lo quiera ver.

El Bayern Münich, dirigido por Ottmar Hitzfeld alienó con: Oliver Kahn; Lothar Matthäus, Markus Babbel, Samuel Kuffour, Thomas Linke, Michael Tarnat; Jen Jeremies, Stefan Effenberg; Mario Basler, Carsten Jancker, Alexander Zickler. Por su parte, el Manchester United, dirigido por Alex Ferguson, estuvo con: Peter Schmeichel; Gary Neville, Jaap Stam, Ronny Johnsen, Denis Irwin; Ryan Giggs, Nicky Butt, David Beckham, Jesper Blomqvist; Andy Cole, Dwight Yorke.

Final en el Camp Nou

Previamente, ambos clubes estuvieron en el mismo grupo durante la primera fase. Los partidos entre los dos conjuntos terminaron empatados: dos a dos en el Olímpico de Münich, e igualdad a un gol en Old Trafford. Bayern Münich lideró el grupo con 11 unidades y el Manchester lo escoltó con 10 puntos.

Partidos más tarde, el United llegaba a la final tras dejar en el camino al Inter y la Juventus en cuartos de final y semifinales, mientras que los germanos habían pasado por encima al Kaiserslautern y el Dynamo de Kiev en las fases previas al partido que estaba por disputarse en territorio catalán.

Es hora de la final. Ante los ojos de Europa y el mundo, inicia el partido, y a los cinco minutos, Mario Basler ejecuta un tiro libre en el que lanza el balón a baja altura al lado del portero, pero que debido a la poca visibilidad, no tuvo reacción y así, tempraneramente, el equipo alemán se ponía en ventaja.

El partido fue intenso, de pierna fuerte, donde ambos elencos se animaron a buscar el arco contrario. Tanto Oliver Kahn como Peter Schmeichel fueron exigidos constantemente y se encargaron de evitar varios goles de sus rivales. Alemanes e ingleses tuvieron algunas acciones de gol, incluso el club de Münich estrelló el balón en los postes en un par de ocasiones.

Iban a tener que pasar casi 90 minutos para que los relatores vuelvan a gritar gol. Exactamente al minuto 91, ya en tiempo de adición, se produce un tiro de esquina a favor del Manchester United. En el área, todos los del equipo inglés esperan poder marcar el empate, incluido el portero Schmeichel. Cobra David Beckham y luego de un mal despeje de la defensa alemana, Ryan Giggs dispara defectuosamente el balón hacia el arco, pero en el camino, Teddy Sheringham se encargó de asegurar que el esférico se profundice en el fondo de las redes. Hasta ese momento habría alargues y rondaban susurros de penales, pero esto no se iba a dar.

Dos minutos más tarde se produciría lo inesperado. Nuevamente un córner para el Manchester United. Otra vez Beckham al cobro, levanta el centro y Sheringham va al cabezazo e impacta el balón, el cual no iba direccionado hacia la portería, pero Ole Gunnar Solskjær, quien ingresó al campo de juego pocos minutos antes, estira su pierna derecha y encamina el esférico hacia el arco, poniendo cifras definitivas en el marcador: 2 a 1. Los germanos se quedaron petrificados, mientras los diablos rojos enloquecían en el festejo. La remontada era un hecho. Pasarían unos cuantos segundos más y el árbitro italiano Pierluigi Collina dictaminaría el final del cotejo y así el United se coronaba monarca de Europa por segunda ocasión en su historia.

Manchester United campeón

Este suceso cambió en tan solo tres minutos. Lo que era ansiedad y ganas de que el tiempo pase lo más rápido posible por parte de los del Bayern Münich para poder gritar campeón, de repente se convirtió en una pesadilla, un impacto que se vino de repente y que en menos de 180 segundos los dejó con las manos vacías, los ojos con lágrimas y mirando como quienes, hace instantes desesperaban por marcar un gol, festejaban algo que nunca lo imaginaron, que de un rato para otro, lo que veían alejarse cada vez más, prácticamente, en un abrir y cerrar de ojos, era suyo. Manchester United levantaba la orejona y la forma en cómo se dieron las cosas, era nada más que un relato magnífico para una historia única de campeón. TF

El lamento de los jugadores del Bayern

Deja un comentario

Crea un blog o un sitio web gratuitos con WordPress.com.

Subir ↑