¿De qué se habla en el fútbol moderno?

El show externo y el descarte del contexto del juego

Pasamos del balón de tiento a la pelota con chip y carga de energía. Pasamos del pizarrón y la tiza a las tablets y celulares en el banco de suplentes. Pasamos de hablar de goles, futbolistas y jugadas a debatir sobre peinados, selfies, posteos y las actividades del jugador por fuera de su profesión. Es decir, ahora se habla más de la vida personal del futbolista que de su desempeño en la cancha, sin considerar que, a veces sin darnos cuenta, charlamos de ficción y, ya sea como medio o como público, estamos siendo engañados.

El mundo de las redes sociales, una especie de dimensión paralela y escenario de especulación e información breve, inmediata y de fugaz caducidad, produce que muchos periodistas se sientan en la rápida obligación de opinar o replicar sobre cualquier tema, pero en varias de las ocasiones no profundizan en los tópicos, no contrastan y tampoco acuden a las fuentes oficiales, sino más bien a ciertas cuentas que de a poco se han posicionado como “especuladores oficiales”.

De esta manera, sobre todo en épocas de pretemporada, existen periodistas que lanzan un sinnúmero de nombres y contrataciones, esperando atinar con alguno, para luego jactarse y lanzarse flores de que fueron ellos quienes dieron la primicia, pero cabe tomar en cuenta que en la práctica, la historia indica que en periodismo nadie se acuerda de quiénes dieron las primicias, pero sí queda en la retina quiénes mienten evidentemente.

Al mismo tiempo, durante las últimas semanas la opinión pública alrededor del fútbol giró en torno a la canción de Shakira y Bizzarrap, la cual haría alusión al fin de su relación con el defensor español Gerard Piqué. Escribir estas líneas es justamente una muestra de ello, lograr que discutamos acerca de este tema, así sea para ejemplificar cómo en lo mediático el fútbol pierde espacio en su esencia y gana terreno en lo que está por fuera.

Por otro lado, como parte de la natural e inevitable evolución del fútbol, hoy la cancha está rodeada de tecnología: observamos chalecos con chips, video análisis, etc., es decir, herramientas que llegaron para quedarse y que nos aportan datos que, a través de la capacidad del cuerpo técnico, se traducen e interpretan para transformarse en información a ser utilizada en la toma de decisiones, pero algo que sucede y muchas veces es notorio en la cancha es que algunos asumen equivocadamente que los números que arrojan estos aparatos son absolutos e infalibles, olvidándose de que el balompié ha sido, es y será la dinámica de lo impensado.

Actualmente escuchamos numerosos términos desde el ámbito táctico y estratégico que suenan sorprendentes y aparentemente bastante conceptuales, que aportan una posible imagen de intelectualidad en quien las dice, pero en realidad estas palabras suenan mucho, dicen poco y no están descubriendo nada nuevo.

Hoy el fútbol es físico y defensivo, se aleja del talento y la misión de hacer goles, a pesar de que la Copa del Mundo de Qatar 2022, uno de los mundiales más oscuros de la historia, nos mostró ciertas facetas e intenciones de retorno al talento individual y la actitud ofensiva, al buscar ganar y no de empatar.

Volviendo a lo tecnológico, en síntoma de acercamiento y facilidad, hablar de fútbol moderno es encontrarnos al mismo tiempo y en cualquier lugar ante una, dos o tres pantallas intentando observar diversos partidos en diferentes lugares del planeta, pero, entre ellos se hallan torneos paralelos al fútbol FIFA transmitidos por Twitch, en los que miramos una deformación del reglamento y una prioridad en la espectacularidad del show por encima del juego y el desempeño de los futbolistas dentro de la cancha: los futbolistas dejan de lado ser deportistas y pasan a ser showmans.

Además, hoy en día prácticamente se ha descartado jugar por la mañana, a pesar de que casi ningún equipo de las máximas categorías entrena cotidianamente en modo nocturno; prevalece que los partidos se desarrollen en la noche, en un intento de agrandar las pantallas y agradar al televidente o al internauta, relegando a las gradas y alejando al hincha de las tribunas.

El fútbol moderno implica hablar de una movilización millonaria de un dinero que causa sospecha en determinados resultados y del que no tenemos clara cuál es su procedencia, razón de ser, destino y que no necesariamente tributa o cumple con la ley: incontables casas de apuestas que nos inundan hasta sofocarnos de aplicaciones y publicidades, ya sea en transmisiones, camisetas, vallas, jugadores retirados, periodistas, influencers e incluso como nombre de los campeonatos.

Entre otras cosas, el fútbol moderno en su globalidad implica hablar de fútbol femenino, un ámbito que va en crecimiento sostenido y va desarrollando una simpatía en permanente ampliación. A su vez, hablar de fútbol moderno implica que, desde lo cultural, social y artístico, vivamos una propagación de películas, documentales, festivales, estudios, foros, colectivos o libros que documentan, retratan y analizan el deporte. Vale destacar que hablar de fútbol moderno también es revisar ciertas sanciones por racismo u homofobia, a pesar de que hace pocos meses presenciamos un mundial reducido en derechos humanos.

No podemos negar que, aunque a muchos intelectuales les molesta bastante, el fútbol y el deporte se introduce cada vez más en lo académico y se lo asimila como un fenómeno cultural. Esto es algo que se produce a pesar de que existe una contraparte (la predominante) altamente comercial y propulsora de sobrevalorar aquello que ellos denominan industria y no deporte.

En fin, de seguro falta detallar varios ámbitos más que estructuran el fútbol actual, pero aquí hemos intentado describir cómo funciona este deporte al día de hoy. Cada uno sabrá valorar si lo que actualmente sucede es malo y lo anterior fue bueno o viceversa. De lo que no hay dudas es que es el fútbol ha cambiado mucho a lo largo de su historia y no dejará de hacerlo; habrá que cotidianamente poner este debate sobre la mesa e ir asimilando cómo se va modificando el balón y lo que lo rodea. El balompié que estamos explicando hoy, con el paso de los años, será fútbol antiguo y las perspectivas a futuro resultan inciertas. TF

Autor nota y foto: Martín Guzmán Vela (TW: @MartinGuzmanTF | IG: @martinguzmanvela).

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