Entrevista | Patricio Lara: Los sentimientos son muy difíciles de explicar y menos algo como el fútbol

Diálogo con un DT argentino que lleva más de 20 años dirigiendo en Ecuador

Jugó profesionalmente hasta los 27 años y a partir de ahí se decidió por ser entrenador. Desde 2002 arribó al fútbol ecuatoriano, en donde permanece trabajando hasta hoy. Actualmente se encuentra dirigiendo en Segunda Categoría al Club Deportivo Meridiano, al norte de Quito.

Ha comandado planteles de diferentes categorías en diversas zonas del país. A su vez, fue parte del cuerpo técnico que alcanzó una de las páginas más gloriosas del balompié tricolor con la selección nacional, como fue ser campeón sudamericano en Chile y tercero del mundo en Polonia a nivel Sub 20. Patricio Lara en Tercer Fútbol:

¿Cómo inicia su relación con la pelota?

Realmente es algo que siempre me he preguntado porque yo soy hijo único y no he tenido una incidencia de hermanos; de mi padre, tal vez, estaba más inclinado al básquetbol, pero, de chico, siempre, en aquel entonces, cuando uno cumplía años, para las fiestas de navidad, era una pelota de fútbol o una camiseta de fútbol, era muy tradicional en aquel entonces entregar; entonces yo creo que algo de eso influyó en mí como para que tempranamente empezar con los chicos del barrio, que hoy todavía, después de tantos años y con la tecnología, nos seguimos, tenemos un grupo, estoy hablando de cuando uno tenía siete u ocho años; entonces vivíamos prácticamente en el colegio y después estar en la calle jugando al fútbol, era también algo popular, no con la variedad existente hoy de otras distracciones. Ahí comenzó mi pasión, mi amor por el fútbol, que realmente mis padres se sorprendían porque no había tenido demasiada incidencia en ese sentido.

¿Cómo son los inicios laborales con el fútbol?

Jugué divisiones inferiores en un club chico de Argentina, Argentino de Quilmes y después también jugué en algunos otros equipos del ascenso argentino y tuve una lesión muy importante, que en aquel entonces, vuelvo a repetir el tema de que la ciencia ha evolucionado muchísimo en ese sentido, y me operaron de un desgarro, se me había hecho crónico y, lamentablemente, no fue la mejor operación y me coartó la posibilidad de seguir jugando, así que tempranamente, a los 27 años, decidí, me acerqué a un directivo de Argentino de Quilmes, a ‘Pichón’ Cataldo y le dije de la posibilidad dirigir divisiones formativas y ahí es donde arranqué, en ese club donde había jugado y ahí comencé a dirigir las categorías formativas del club.

Dirigiendo a Orense

Sus inicios como DT, ¿cómo fueron?

En aquel entonces, los únicos que tenían la carrera de técnico era la Asociación de Fútbol Argentino y había que tener 30 años de edad mínima y haber jugado en primera división; bueno, a mí me faltaba la edad, tenía 27, así que empecé a hacer todo un camino en ese sentido, cursos a donde podía ir, ver entrenamientos, todo lo que conllevaba estar cerca de esa pasión. Yo siempre fui una persona en ese sentid muy inquieta, de preguntar, de ver, de investigar y así fue como comenzó esta actividad. A los 28 años, por intermedio de Néstor Bonillo, actual preparador físico de la Selección de Perú, con el profesor Gareca, con Néstor tenemos una gran amistad y habíamos trabajado juntos y me había recomendado a San Telmo, un equipo en aquel entonces en Primera C del fútbol argentino y con 28 años tuve la primera experiencia de dirigir primera, jugadores mayores que yo y ahí comenzó todo. Fui asistente de Miguel Ángel Benito, un jugador de la época de Bianchi, en Vélez; con el profesor Roberto Lombardi también, un gran amigo y un excelente profesional, estuvimos en Almirante Brown de San Justo. Ahí empezó todo el periplo de la carrera, hasta que pude, en el año 92, poder acceder al curso de entrenador.

Son varios años que lleva en Ecuador. ¿Cómo se dio su llegada al país?

Salvador Daniele, que estuvo aquí en el país y dirigió el Quito y algunos equipos, con el que tengo una amistad, me dirigió a Carlos Bulgheroni, que reside en Guayaquil, que acá jugó el Emelec, 9 de Octubre, es un empresario con el que me vinculó. Y, bueno, me llamó, arreglamos y vine en el año 2002, el 12 de abril pasado se hicieron 20 años en el país. Con Carlos hicimos una gran amistad y arreglamos con Audaz Octubrino en 2022, que estaba en la  y último, fue un gran desafío, pero me dio la satisfacción de poderlo salvar del descenso y ahí es donde comienza todo en Ecuador, después trasladándome a la ciudad de Cuenca, en Machala tengo muchos amigos y gente conocida y después ya en Cuenca, en Cuenca empieza otra historia mía.

¿Cómo fue la experiencia en el fútbol austral?

Yo llegó en el 2003 a Estudiantes de Cuenca. Romeo Sánchez Molina me acerca junto con Grifor Trujillo, periodista que en aquel entonces estaba en la Comisión, Rafael Peñaherrera, bueno, alguna gente amiga, que me hice amigo, realmente los aprecio mucho; bueno, no clasificamos en el 2003 y al frente de un proyecto importante en Cuenca estaba en ese momento Daniel Josami y me invitó a participar de él y algo curioso porque yo en el 2003, el tema todo arranca porque el Audaz Octubrino, que me había renovado de palabra el contrato para el 2003, cambia la comisión directiva y quieren otro entrenador, entonces yo pasé unos episodios bastante angustiantes, no cobrar, una serie de cosas y después llego a Cuenca porque mi gran amigo Pedro Latino, en la ciudad de Machala, me ayudó mucho y me vinculó a Estudiantes con Romeo Sánchez y por eso llego a Cuenca. Y por qué estoy haciendo esta narración, porque, algo curioso, voy al Cuenca, a formativas, a dirigir sub 20, en aquel entonces, llevamos adelante un proyecto y ese mismo año, ante la salida de Salvador Ragusa, con el profesor Bernal dirigimos la liguilla del 2003.

Entrevista vía Zoom

Después, en 2004, me voy de asistente técnico de ‘Cachín’ Blanco a Emelec, estuvimos cinco meses más o menos. (…) En 2006 dirijo Liga de Loja en la B y 2007 arranco armando Liga de Cuenca, en el ascenso, dirijo 11 fechas y sale lo de Azogues; después, esa Liga de Cuenca termina subiendo a la B y yo fui a Deportivo Azogues ese mismo año, en 2007; en 2008 sigo en Cuenca, pero dirijo a Liga de Cuenca en la B.

Hay otros equipos, por ejemplo Universidad Católica.

Como nos habíamos enfrentado con Jorge Célico, él dirigiendo El Nacional en 2007 y yo el Deportivo Azogues, teníamos una relación, aparte yo le había pedido jugadores que me recomendase, teníamos telefónicamente una relación y Carlos Bulgheroni hace de nexo, porque Jorge ya tenía la intención de un proyecto y todo arreglado para llevar adelante en Católica, entonces me llama a ver si lo acompañaba y yo le dije que sí y el cuatro de noviembre de 2009 ya estábamos trabajando en Católica en formativas y ahí estuvimos ocho años.

Pasamos de todo, el 2009 formativas, el 2010 salimos campeón con reserva porque nosotros estábamos encargados de toda la parte de formativas. En el 2010 yo también dirijo primera de Católica, después dirige Jorge primera de Católica, pero ya estaban las cartas echadas y el equipo desciende y en el 2011 nos quedamos en la B y por poco subimos ese año, 2012 lo intentamos nuevamente y salimos campeones de la B, ascendiendo; yo ese año me desvinculo y regreso a Azogues porque me habían invitado a proyecto importante, de ascenso y demás, después por situaciones económicas del club y realmente no estaba organizado como en el 2007 y estoy cinco meses y alguna propuesta hasta que Católica me llama nuevamente vuelvo a mediados del 2013 y de ahí ya nos quedamos hasta el 2017, ahí tuvimos participación, estabilizar el club, promocionar jugadores, hicimos un gran trabajo, aparte en la parte de infraestructura incidimos bastante para mejorarla; hoy ver a Católica familiarizada con copas internacionales es casi como un común, pero en aquel entonces no y tuvimos cuatro participaciones, hasta que llegamos en septiembre del 2017 a la Selección Nacional, primero llega Jorge, después me vincula a mí y comienza toda una tarea.

Lara en Universidad Católica

Luego viene uno de los capítulos más importantes de su carrera y del fútbol ecuatoriano, que es la Selección Ecuatoriana Sub 20, este equipo campeón sudamericano y tercero en el Mundial de Polonia. ¿Cómo se dio este proceso?

Nosotros ya teníamos una idea, que la veníamos de Católica con otras herramientas, en Selección es mucho más abarcativo, con más posibilidades, que es lo que hicimos, muchos micro ciclos, rastrillaje del país, hemos visitado muchas ciudades; hay un impasse en el 2017 porque nos encargan dos partidos de Eliminatorias ante la salida de Gustavo Quinteros, los partidos son con Chile en Santiago y con Argentina en Quito y retomamos la actividad posterior a eso y ya estábamos en el 2018 y, la verdad, en ese sentido tuvimos un gran respaldo porque podíamos convocar, realizar micro ciclos, observar jugadores, viajar, tuvimos un torneo internacional, que fueron los Juegos Bolivarianos, que eso también nos sirvió mucho para conocer e identificar la reacción de muchos jugadores, tuvimos la oportunidad de realizar giras, realizamos una gira por Argentina, un torneo también en Venezuela, hicimos partidos amistosos en Perú y en Colombia, todo eso fue realmente muy importante para armar una estructura desde el punto de vista humano para saber las reacciones del futbolista, vestir la camiseta nacional, crear un gran sentido de pertenencia en ese sentido, en fin, fue un año de mucho trabajo, hasta quedar concentrados y de ahí ya viajamos con unos 10 días aproximadamente a Chile para jugar el Sudamericano y eso creo que nos ayudó mucho, logramos el título.

Después ya nos teníamos que preparar, no solo que habíamos clasificado, éramos los campeones, somos los campeones, porque actualmente somos los campeones sudamericanos y se prepara todo lo inherente a listas, a seguir observando jugadores en pos de lo que venía, que era el campeonato mundial.

Cuando ustedes empezaron todo lo que nos cuenta, ¿se imaginaron lograr lo que se alcanzó?

Yo creo que por ahí uno no toma dimensión en el momento, sabe que el desafío es muy importante, sabe que realmente es una distinción el poder estar al frente de una selección nacional, del gran compromiso y como va trabajando día a día, día a día incorporando ideas de juego, viendo jugadores que se adapten, va pasando el tiempo y no dejás de participar en un torneo y hacer un amistoso para medirse, porque, por ejemplo, el único que nosotros desconocimos cuando llegamos creo que fue Brasil, después nos habíamos medido con Perú y Paraguay en los Bolivarianos, había jugado con Venezuela, Bolivia, Perú, Colombia en amistosos y en algún torneo cuadrangular, entonces todo eso cuando llega, uno llegó al reto y no lo pensó demasiado, hablo de lo personal, que sí se preparó consciente para ir a jugar el torneo y después, obviamente, hay que jugarlo y la ilusión empieza ahí de ver qué es lo que pasa, por eso yo digo que en los torneos cortos es el primer partido es muy importante y lo logramos ganar y ahí uno empieza a ver porque ya está en tierra y se está midiendo y ve sus jugadores, ve los rivales y ya se empieza a sentir, lo empieza a vivir y ahí, a través de algún tipo de resultado, la ilusión, cuando uno ve que la cosa evoluciona, es como todo, aspira y, bueno, algo parecido fue cuando fuimos al mundial; obviamente uno siempre va a tratar de hacer lo mejor y llegar lo más arriba posible, pero irse de aquí para decir “vamos a salir campeones del mundo” y claro, es la gran ilusión y eso no es falta de fe y confianza, en absoluto, hay un montón de situaciones aleatorias que pueden interceder para bien o para no para lograr un objetivo y después también uno entra en un camino más creíble porque la credibilidad lo da un poco el éxito y cómo se van dando las cosas, a tal punto que si recordamos esa última fecha, nosotros dependíamos de otras cosas, hablando del Sudamericano, primero un resultado que nos diera la clasificación ese mismo día y después nosotros ganar y esperar un resultado, que era Argentina, por eso digo que es competitivo y nos encontramos con todo eso y se podía haber dado a la inversa, por eso digo que la ilusión uno siempre la tiene, pero no es que uno dice “le saque al más próximo cinco puntos”, siempre es muy reñido, muy competitivo todo.

Festejos con la histórica selección ecuatoriana Sub 20

Cuando le preguntan del Mundial de Polonia, ¿qué es lo primero que se le viene a la mente?

Lo primero es todo el esfuerzo que uno ha hecho para estar, el compañerismo del cuerpo técnico de años, la ilusión de un país y tal vez que hasta el día de hoy, porque vivimos en una vida tan vertiginosa, uno no logra tener gran dimensión de un logro de esta magnitud, porque realmente hoy, por ejemplo, hay que mantener, el próximo torneo Sudamericano Sub 20 va a presentar un Ecuador que es el gran campeón y después lograr un tercer lugar en el mundo no es fácil y te da una vara un poco elevada y uno cuando lo comienza a pensar dice “uy, lo que se logró”.

Hay tantas cosas, pero como uno sigue en esto y el fútbol es tan como lo interpreta uno, hablo desde lo personal, no soy la excepción, hay muchos colegas y mucha gente que tiene las mismas sensaciones de la pasión y uno sigue buscando cosas, con desafíos y demás y por ahí uno pierde la dimensión de lo logrado, pero, obviamente, que uno se siente muy feliz de haber representado al país, eso es fundamental.

Ustedes plantearon una buena base de jugadores a nivel nacional y ahora Ecuador va al Mundial. ¿Cómo ve a Ecuador en Qatar 2022?

Los mundiales son otra cosa, es otro torneo porque ahí se consideran que van los mejores, obviamente, y yo lo veo bien, hubo un golpe, un giro generacional en el fútbol ecuatoriano que había que hacerlo; a nosotros, después del Mundial, nos encargaron cinco partidos la selección mayor y ahí empezamos un poco a hacer un mix de jugadores de trayectoria, como Ángel Mena, Enner Valencia, Estrada, otros muchachos, más los chicos de Sub 20 y más aquellos jugadores que habían participado del Pre – Olímpico, el caso Franco, Segovia, Hincapié, quien empieza a consolidarse de buena manera, en fin, ya había una base y creo que se encontró el equipo, con el andar se encontró el equipo. Yo hago una analogía si se quiere con Argentina, porque Argentina también no lo encontraba al equipo y lo encontró con Brasil en la final de la Copa América y otro tanto Ecuador, Ecuador sabe quiénes son sus centrales, sabe quiénes son sus laterales, se identifica, no digo de memoria, pero más o menos se sabe el equipo ecuatoriano y eso hace que tenga más seguridad, más confiabilidad y demás. Uno va por lo máximo, pero hay que ir partido a partido y creo que está en la condición de pelear, indudablemente.

¿Qué es para usted el fútbol?

Mi vida, totalmente. He dejado muchas cosas en el camino, incluso hasta se puede pensar desde el punto de vista de la imprudencia, he dejado familia por el fútbol. Los sentimientos son muy difíciles de explicar y menos algo como esto, como el fútbol, que alguno escucho que dice “11 personas de cada lado corriendo atrás de una pelota” y no entienden y es muy difícil de explicarlo, pero es un gran sentimiento para mí. TF

Mira la entrevista completa en:

Autor nota y entrevista: Martín Guzmán Vela.

Fotos: Redes sociales Patricio Lara.

Deja un comentario

Crea un blog o un sitio web gratuitos con WordPress.com.

Subir ↑